El reloj de Dios

¿Qué hora es en el reloj de Dios?, es la gran pregunta de los creyentes y de millares de cristianos nominales; o quizá, ¿Qué puntos están cumpliéndose y por cumplir en la agenda de Dios?

Lucas 21:24 “Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan.”

Creo que si leemos con sumo cuidado y meditamos a la vez, nos revelará con claridad que los tiempos y las sazones de las que hablan los evangelios de Jesús están ahí, a las puertas.

Hoy sabemos que desde hace 2000 años el amado Israel del Señor sufre la “Diáspora”, que no es ni más ni menos que la dispersión del pueblo judío por todas las naciones, y no precisamente como plan elegido por ellos; sino por tener que buscar refugio para las familias que huyeron con el fin de salvar sus vidas.

Aquel gran Israel que salió de Egipto con el poder y maravillas de su Dios viviente, que también demostró que podía convertir el espantoso desierto en mesa para saciar a tres millares de personas del pueblo de Dios; hoy celebra setenta años de haberse establecido como república dentro de la tierra de Palestina y sabemos que es una gran potencia que posee grandes virtudes, entre ellas su gloriosa e innovadora agricultura que ha hecho florecer el desierto.

 

Allá en el inicio del cristianismo, los religiosos no podían valorar lo que Jesús anunciaba.

Mateo 16:1 “Vinieron los fariseos y los saduceos para tentarle, y le pidiendo que les mostrase señal del cielo”

El problema es que los hombres quieren saber el día y la hora de los juicios divinos, para abstenerse de pecar justo ahí, para que “el cielo los agarre confesados”. Pero la mayoría prefieren cerrar ojos y oídos, y así ignorar lo que sucede alrededor.

Jesús dijo (Mateo 16:3) “¡Hipócritas! que sabéis distinguir el aspecto del cielo, ¡mas las señales de los tiempos no podéis!”. El Señor insiste en que se debe “distinguir”, es decir, tener claridad de los momentos en que vivimos, incluso le llama “hipócrita” al que no acepta que todo está a la vista, que no hay nada oculto ya, que todo se está cumpliendo.

Tengo en mis manos mientras escribo, una página de un diario importante del país, donde con ironía se escribe sobre el área conyugal bajo el tema “Subasta Matrimonial”. Se condena ahí las aberraciones que se realizan en bufetes de “distinguidos” abogados que por “treinta piezas de plata” se prestan para una corrupción despiadada, pisoteando el valor sublime del genuino vínculo que une a un hombre y una mujer.

Porque hasta eso, hoy día se buscan leyes donde se reclaman derechos iguales para parejas del mismo sexo. Con respecto a esto, la Biblia nunca habla del homosexualismo como una enfermedad, sino como una desviación sexual que se condena desde Génesis hasta Apocalipsis.

Romanos 1:24-26-27 “Por lo cual Dios también los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos…

Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas, pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra la naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibieron en sí mismos la retribución debida a su extravío.”

Al leer esto, y dar un vistazo por el mundo (hoy frágil), donde los noticieros se ganan su alto rating presentando lo que se hace en oculto y cuyo contenido es el mismo que el libro de Romanos llama “inmundicia” (Romanos 1:24). Realmente se puede percibir la etapa final de los tiempos.

Amenazas de hambrunas y pestes son títulos de todos los días. Terremotos y guerras ya son cosas común también, y como detalle importante amenazas de aniquilación sobre la nación de Israel.

Sentarse a ver noticieros es como interpretar el Apocalipsis del apóstol Juan, revelado en la isla de Patmos.

Debemos orar por sabiduría celestial, la que recomienda la Biblia, porque ésta nos permitirá entender el origen, propósito, esencia y naturaleza de todo.

Santiago 3:17 “Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.”

Pienso que el reloj de Dios es de cuerda y no de batería solar. Los péndulos aún se desplazan lentamente, la campana marca cada hora que pasa; Él dejó claro que todo pasará, sólo permanecerá su palabra. Pero podemos sentir que la cuerda se acaba.

Apocalipsis 16:1 “Oí una gran voz que decía desde el templo a los siete ángeles: Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios”

Pero también, la cristiandad que se alimenta de las promesas del Señor, puede leer con gran entusiasmo, que al final de la historia la iglesia termina triunfante.

Apocalipsis 19:7 “Gocemos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.”

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